Este artículo de opinión publicado por el gerente de TDI, Técnicas de Ingeniería Ginés Hernández Rosique, en la edición especial de Transporte XXI » Logistica del Frío» del 15 de septiembre, edición que tendrá difusión adicional en la feria Fruit Attraction de Ifema, Conxemar Vigo y Congreso ATFRIE.
El estado actual de la tecnología permite hacer un seguimiento de la trazabilidad en temperatura controlada en todos los procesos productivos y logísticos de aquellos productos sometidos a unos estándares de seguridad alimentaria o de calidad de producto.
Las tecnologías y las normas que lo permiten están maduras. Tanto las de obligado cumplimiento, como las exigidas por la propia industria, están a disposición de todos los agentes de la cadena logística y llevan el suficiente tiempo en el mercado como para que estuvieran ya en uso por parte de todos los participantes en la cadena logística.
No debería ser extraordinario que una y otra parte de la cadena cumpliera con su parte. Pero si un eslabón de esta cadena incumple o no aplica la trazabilidad, es imposible garantizar la calidad del producto, así como la seguridad para el usuario final.
La tecnología permite hacer un seguimiento de la trazabilidad en temperatura controlada en todos los procesos productivos y logísticos.
Ciertos actores de la cadena ponen su foco en el transporte de larga distancia, como los responsables de la trazabilidad en temperatura. Sin embargo, lo cierto es que la responsabilidad no es solo el transportista, sino de todos los actores, en especial de la parte de almacenaje y distribución “última milla”, que deberían realizar un análisis de todos sus procesos: descarga, almacenamiento y exposición al consumidor, para asegurarse de que los productos mantienen esta trazabilidad. Productos que, con el deterioro de su calidad, pueden afectar a la seguridad del consumidor o acarrear futuros problemas sanitarios para este.
Una parte de los actores no quieren hacerse responsables de sus áreas de control.
Pese a que no estoy en disposición de evaluar el daño económico que se produce por una trazabilidad incorrecta y que no se realiza en tiempo real, por mi experiencia y conocimiento puedo asegurar que gran parte de este daño se podría evitar con un pequeño esfuerzo de todos los eslabones/actores de la cadena logística. La tecnología existe, la integración de la información es posible, el único problema radica en que una parte de los actores no quieren hacerse responsables de sus áreas de control y prefieren responsabilizar a la otra parte.
La eficiencia y la calidad de la logística a temperatura controlada exigen controles específicos adaptados a la singularidad del producto. En concreto, es imperativo el control en tiempo real de la temperatura controlada en cada uno de los procesos que integran el servicio como carga, en ruta, descarga, almacenaje y exposición pública. El Comité de Seguridad Alimentaria de AECOC, la asociación de fabricantes y distribuidores, define la trazabilidad como: “El conjunto de aquellos procedimientos preestablecidos y autosuficientes que permiten conocer el histórico, la ubicación y la trayectoria de un producto o lote de productos a lo largo de la cadena de suministros en un momento dado, a través de unas herramientas determinadas”.
La EFICIENCIA y la CALIDAD de la logística a temperatura controlada exigen controles específicos adaptados a la singularidad del producto
La trazabilidad también es definida por la Organización Internacional para la Estandarización (ISO 9001:2008), en su International Vocabulary of Basic and General Terms in Metrology: “La propiedad del resultado de una medida o del valor de un estándar donde este pueda estar relacionado con referencias especificadas, usualmente estándares nacionales o internacionales, a través de una cadena continua de comparaciones todas con incertidumbres especificadas”.
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